Para muchos turistas el centro de Turquía es sinónimo de Capadocia, un lugar mágico con impresionantes paisajes y formaciones naturales, antiguos monasterios excavados en la roca y un destino deportivo excelente . Pero si te cansas de destinos excesivamente masificados, descubrirás que la región alrededor de Capadocia esconde muchos tesoros increíbles que te dejarán unos recuerdos inolvidables, desde restos de antiguas civilizaciones a centros religiosos o lagos de agua rosada. Además Turquía cuenta con la curiosidad que esta en dos continentes ubicándose entre Europa y Asia. Autobús, taxi o transporte privado por carretera es la mejor manera de moverse por esta zona. El viajero aventurero que vaya a alejarse de los circuitos turísticos más habituales debe tener en cuenta que será difícil comunicarse en inglés y que Anatolia es una región religiosa y conservadora. Aquí te contamos los mejores lugares en el interior de Turquía que se suelen pasar por alto:
Los Mejores lugares en el interior de Turquía

1. Kayseri
El aeropuerto de Kayseri es el principal punto de paso de muchos turistas que viajan a Capadocia. Sin embargo, antes de continuar el viaje merece la pena detenerse y dedicar unas cuantas horas a visitar el centro histórico de la ciudad y contemplar los grandes monumentos medievales de la época selyúcida (1077-1307), así como disfrutar de unas compras en el Gran Bazar. Estos incluyen la ciudadela amurallada, caravasares, mezquitas y madrasas, muchos de ellos construidos con la característica piedra volcánica negra que hay en los alrededores. Adicionalmente, en la Çifte Madrasa se sitúa un museo de la Civilización Selyúcida (bastante modesto pero interesante), mientras que dentro de la Ciudadela hay un pequeño museo arqueológico.

2. Monte Erciyes
Todo el paisaje a muchos kilómetros alrededor de Kayseri está dominado por la cumbre nevada del monte Erciyes (3916 m), un antiguo volcán apagado. El extraño paisaje de Capadocia es en sí mismo resultado de antiguas erupciones de este volcán hace millones de años. El pico es muy popular como destino deportivo y cuenta con varios resorts y estaciones de esquí abiertos 6 meses al año. Fuera del invierno, es también un destino ideal para hacer senderismo y escalada.

3. Castillo de Ankara y Museo de las Civilizaciones Anatolias
La capital de Turquía, con casi 6 millones de habitantes, no es un lugar que se destaque especialmente por su belleza, al igual que otras grandes ciudades de la zona. Sin embargo, los amantes de la arqueología y la historia no pueden perderse el espectacular Museo de las Civilizaciones Anatolias, donde se exponen los restos arqueológicos más importantes de la región desde la Prehistoria hasta la época romana. Destacan especialmente los monumentos y piezas del periodo Hitita, así como las de Çatal Höyük y el túmulo real de Gordion. El museo está situado en el pequeño pero bonito centro histórico de Ankara (antigua Angora), que antes de convertirse en capital en 1923 era una minúscula ciudad de provincias. Con un paseo por el barrio circundante podrás ver casas otomanas tradicionales, el castillo medieval, así como algunos monumentos romanos.

4. Anıtkabir
El viajero curioso que quiera entender un poco mejor uno de los lugares del interior de Turquía deberá visitar el Anıtkabir, el faraónico mausoleo de Atatürk situado en Ankara. El presidente y dictador Mustafá Kemal Atatürk (1881-1938) luchó en la guerra de Independencia cuando colapsó el Imperio Otomano y fue el responsable de la creación de la Turquía moderna como un país laico, occidental e industrializado. Su legado sigue influyendo profundamente el país y muy probablemente encontraréis su retrato en cualquier sitio que visitéis. El gigantesco mausoleo está fuertemente inspirado en la arquitectura fascista de Italia y Alemania, y posee un museo sobre la guerra de Independencia y la vida del presidente (por supuesto con un discurso poco crítico y muy nacionalista). Es un monumento nacional y los turcos se toman muy en serio el honor de Atatürk, por lo que es importante comportarse con respeto durante la visita.

5. Hattuşa
Situado junto a un pequeño pueblo llamado Boğazkale están las ruinas de la ciudad de Hattuşa, capital del Imperio Hitita a finales de la Edad de Bronce (1650-1200 a.C.). Aunque las estructuras no son muy impresionantes por su nivel de conservación, pues en general sólo quedan los cimientos, sí impresionan su enorme extensión (270 hectáreas) y el paisaje montañoso que lo rodea. Podrás caminar por las murallas, calles, templos y palacios e imaginarte el aspecto que debía tener la ciudad en sus días de gloria.
Es recomendable incluir también en la visita el museo (en el pueblo), y el cercano santuario de Yazılıkaya, donde los hititas esculpieron grandes relieves en las paredes de roca. El trayecto está bien señalizado y hay bastantes paneles informativos en turco e inglés, pero si tienes poco conocimiento del Imperio Hitita recomiendo conseguir una guía o informarse un poco de antemano. La visita te tomará un día completo. Se puede llegar tanto desde Ankara como Kayseri (3 horas aproximadamente), y si se va en transporte público se debe tomar un bus hasta Yozgat y luego un taxi.

6. Tuz Gölü
El gran Lago Salado (Tüz Gölü en turco) es un espectáculo para los sentidos que no debes perderte. Es famoso por sus aguas de color rosado y el efecto espejo que produce el reflejo del Sol en los cristales de sal que cubren el fondo. El color rosa se produce por la abundante presencia de un alga especialmente adaptada al agua hipersalina, Dunaliella salina. A pesar de ser el segundo mayor lago de Turquía (1655 km2) apenas llega a tener un metro de profundidad y prácticamente se puede caminar por toda su superficie.
En épocas de sequía puede llegar a evaporarse casi por completo. El centro del lago además es el hogar de una importante colonia de flamencos rosas, que acuden cada año para la cría en varias islas. El lago se sitúa a medio camino entre Ankara, Kayseri y Konya, por lo que se puede llegar fácilmente desde cualquier punto de la región.

7. Çatal Höyük
En el interior de Turquía se encuentra uno de los lugares con yacimientos arqueológicos más famosos e importantes del periodo Neolítico en el Oriente Medio. La visita a los restos del poblado, habitado aproximadamente entre el 7000 y el 6000 a.C., supone un auténtico viaje en el tiempo a la Prehistoria.
Las paredes de las casas, en algunos casos conservadas prácticamente en toda su altura original, están decoradas con impresionantes murales y relieves pintados. En el poblado no existían calles y la entrada a las habitaciones se hacía con una escalera desde el techo, pues la gente se movía de un edificio a otro andando por los tejados. El uso de arcilla para fabricar las casas, construidas unas sobre otras, permitió que con el tiempo se acabase formando una pequeña colina (höyük en turco) cubriendo los restos. El yacimiento está bien preparado para visitas y hay abundantes paneles informativos en turco e inglés. Se recomienda comenzar en el museo situado junto a la entrada. Se puede llegar fácilmente en 45 min desde la ciudad de Konya en taxi o minibús.

8. Konya
La ciudad de Konya, otro los lugares en el interior de Turquía (antigua Iconio), fue capital del sultanato selyúcida de Rum (1077-1307), creado cuando las tribus turcas invadieron el imperio Bizantino, asentándose en el país. Sin embargo, poco queda de esa época y la mayor parte de la ciudad es muy moderna.
Aun así, si quieres conocer algo sobre las tradiciones espirituales en Turquía es obligatorio visitar el museo y santuario del famoso poeta y místico persa Rumi (Jalal ad-Din Muhammad Rumi, 1207-1273). También se organizan regularmente ceremonias públicas donde podrás contemplar la danza espiritual de los derviches giratorios, característica de la orden Mevleví fundada por Rumi. Otro punto de interés histórico es la mezquita de Alaeddin, la más antigua de Turquía y que originalmente formaba parte del palacio de los sultanes.

Disfruta de la cultura local
Finalmente, no te debes perder un elemento fundamental en todo tu viaje: experimentar la auténtica cultura local. Puedes conocer la gastronomía de Anatolia, comprar alfombras turcas, o visitar un hamam (baño turco). Además de la típica comida turca que puedes encontrar en cualquier punto del país, te recomendamos probar los platos típicos de la región . Estos incluyen el Ankara tava (con pasta orzo y cordero), Yumurtalı pide (un pan relleno de huevo, queso y pastırma típico de Kayseri), Etli ekmek (similar a una pizza y típico de Konya) o la variedad regional de manti (un plato de pasta habitual en Turquía).
